Los amores de Truffaut (en la Sala Lugones)

Una retrospectiva de los films más recordados del cineasta


El Complejo Teatral de Buenos Aires, la Fundación Cinemateca Argentina y el Servicio de Acción Cultural de la representación diplomática de Francia presentarán, desde el miércoles 26 y hasta el 1º de noviembre, en la sala Leopoldo Lugones del Teatro General San Martín (Corrientes 1530, Capital Federal) con proyecciones en DVD, tomados de copias restauradas en Francia, un ciclo acertadamente titulado "La educación sentimental", conformado por nueve películas que el recordado director François Truffaut dedicó, a lo largo de toda su obra, a su tema esencial: el amor.

Entradas a $ 5, estudiantes y jubilados a $ 3.

"Todo lo que se halla en el dominio de las emociones reclama lo absoluto", sentenció el cineasta francés, que en la década del 50
encabezó el movimiento conocido como Nouvelle Vague. "Un niño quiere a su madre toda la vida, los amantes quieren amarse para siempre,
todo en nosotros reclama lo permanente, a pesar de que la vida nos enseña lo provisional. Me pregunto si en la vida hay algo más decisivo que el momento en que empezamos a pensar en que nuestros hijos son más importantes que nuestros padres", decía el director que con "Los 400 golpes", una de sus primeras películas y una de las piezas clave de esta revisión, había alcanzado uno de los momentos culminantes de su carrera.

Director, guionista, actor y productor nacido en 1932, Truffaut se convirtió en el icono más importante de su generación junto a Jean-Luc Godard, Jacques Rivette y Erich Rohmer, entre otros dedicados al cine de autor. De la fuga que significó el cine en su dura niñez y adolescencia Truffaut habría de tomar los ejes de su propia obra y, de la mano de André Bazin -el prestigioso teórico y crítico que dio
impulso a la revista Cahiers du Cinéma-, su capacidad para observar y analizar el lenguaje de las imágenes en movimiento más allá de lo superficial y de lo vano. Su matrimonio con Madeleine Morgenstern le permitió fundar la productora Les Films du Carrousse, con la que emprendió el rodaje de su primer largometraje, "Los 400 golpes", que tiene como protagonista al entonces todavía adolescente Antoine Doinel, su álter ego, protagonizado de allí en más por Jean-Pierre Leáud.

La programación

El ciclo comenzará el miércoles 26 a las 14.30, 17, 19.30 y 22,
con "Jules et Jim" (1962), con Françoise Dorleác, Oskar Werner y
Henri Serre, que el mismo director definió como la historia de un
amor incontrolable a prueba de la vida misma, tres enamorados y una
amistad que no acepta condiciones.

El jueves 27 se verá "La piel dulce" (1964), también con Dorleác,
acompañada por Jean Desailly y Nelly Benedetti, esta vez con la
mirada puesta en un adulterio, para Truffaut la antítesis de su
anterior film.

El viernes 28, a las 14.30, 18 y 21, se verá "Las dos
inglesas y el amor" (1971), con Jean-Pierre Leáud, Kika Markham y
Stacey Tendeller, que toma a personajes como Charlotte y Emily
Bronte y el amor que por ellas sintió Henri-Pierre Roche, para el
cineasta una suerte de Proust joven, sin poder decidirse por una de
las dos.

Finalmente, el sábado 29, a las 14.30, 18 y 21, culminando este primer
bloque, se proyectará "El último subte" (1980), con Catherine
Deneuve, Gérard Depardieu y Jean Poiret, una historia con unidad de
tiempo y lugar, ubicada en un momento clave del siglo XX, la Segunda
Guerra Mundial.

El domingo 30 se desarrollará la que los programadores llaman
Jornada Antoine Doinel, que incluye las cuatro películas que
tuvieron como eje al personaje, interpretado por Leáud, a saber: a
las 14.30, "Los 400 golpes" (1959); a las 17, "La hora del amor"
(1968); a las 19.30, "Domicilio conyugal" (1970), también con Claude
Jade y Daniel Ceccaldi, y finalmente, a las 22, "El amor en fuga"
(1979), con Jade y Marie-France Pisier.

Los dos últimos días, lunes 31 y martes 1°, estarán dedicados a "La
mujer de la próxima puerta" (1981), con Depardieu, Fanny Ardant y
Veronique Silver, y al documental "François Truffaut, una
autobiografía" (2004), de Anne Andreu, respectivamente. Este último
es una suerte de autorretrato en veintiún largometrajes (los que
componen su filmografía) con testimonios de los cineastas actuales,
que mucho han aprendido de su manera de verificar la vida.